miércoles, 4 de agosto de 2010

Novios (o un motín en el barco del amor)

Me gusta estar en pareja. No sé, llamadme ingenuo, o romántico (o lo que vosotros queráis malditos), pero creo que la vida sabe mejor estando acompañado. Pero hay una cosa que tengo clara en este mundo de relaciones: si tengo que aguantarte más de la cuenta, es que eso no es amor, es sólamente terrorismo autoinfligido. Por eso, muchas veces, recuerdo lo que decía Mae West cuando le preguntaban cómo quería ella formar una familia: si quiero una familia, me compraré un perro. Y es que a veces, hay personas que nos hacen perder la esperanza de encontrar alguien, no ya normal (que, perdonadme, pero de cerca nadie es normal), sino con dos dedos de frente. Por eso, como viene siendo habitual en este, mi querido blog, quería adjuntaros una pequeña lista de hombres por los que no suspirar y sí correr como si hubiéramos visto al mismísimo diablo dispuesto a poseernos (aunque, sinceramente, a veces suena más tentador). Ahí van algunos ejemplos:

1. El hijo de papá: Una cosa es que nos preocupemos el uno del otro, que eso sería lo normal, y otra muy distinta es que tengamos que estar las 24 horas del día juntos y tenga que cuidarte como si fuera una enfermera pluriempleada en un asilo para niños pequeños. Si quieres que alguien cuide de ti hasta el extremo, tienes dos opciones: a) buscarte una sirvienta en los muchos anuncios de contactos del periódico o b) empezar a darte cuenta de que eres tú el que tiene que cuidarse a sí mismo. Lo demás, es puro vicio.

2. El perfeccionista: Que no te conformes con tu vida, vale, a todos nos gusta ir un paso más allá y conseguir nuestros objetivos. No me parece mal la gente inconformista. Pero lo que no es de recibo es que pretendas moldearme a la imagen que has tenido en la cabeza cuando nos conocimos. Si quieres a alguien perfecto, lo siento por ti, pero no lo encontrarás nunca. Porque pretender que alguien haga las cosas a TU modo, es sinónimo de EGOÍSMO, no de PREOCUPACIÓN

3. El completo: Puedes creerte un menú completo de un McDonalds, con su hamburguesa, sus patatas, su bebida e incluso (en el mejor de los casos) con un postre a la altura de las circunstancias. Puedes pensar que lo tienes todo y que el que se encuentre contigo deba adorarte como si fueras el rey Midas del barrio. Puedes pensar lo que quieras sobre ti mismo, pero, por favor, conmigo no cuentes. Amén.

4. El indeciso: Todos tenemos dudas. Y quien me diga que no, me está mintiendo. Nadie podemos tomar una decisión en algún momento de nuestra vida. Pero, querid@s, cuando alguien empieza todas sus frases con un "no sé..." o un "como tú quieras", echaos a temblar, porque si no sabe ni siquiera qué película le gustaría ver con vosotros, mucho menos sabrá si quiere seguir con vosotros o no, y, como ya dije en otra de las actualizaciones, ¿no estamos para perder el tiempo, no?

5. El Correcaminos: Este piensa que la vida es una carrera en la que hay que ir a toda mecha. Pero, si yo te digo que quiero ir despacio, que me digas cada dos por tres que estás enamorado de mi y que te encantaría que viviéramos juntos y que ojalá podamos hacer un viaje juntos, cuando sólo llevamos viéndonos una semana... esto... te lo diré de una forma suave... eso no me hace feliz, eso me hace temblar más que una conferencia de Jose María Aznar...

6. El rumor: Si conoces a alguien y llegáis a un punto en el que la intimidad y la relación está "consolidada", lo lógico sería que quisierais veros en exclusiva. Pero este tipo de persona, te dirá que no, que él no quiere verte sólo a ti, sino que quiere seguir conociendo a gente. Si estáis dispuestos a esperar, perfecto, pero no penséis que aunque os diga eso no lo va a hacer, porque lo hará y conocerá a todo el barrio, ciudad, o provincia donde viváis. Que no se llama este tipo "rumor" porque hable con mucha gente, no no, se llama así porque estos personajes son como los rumores, que se corren de boca en boca.

7. El final feliz: La vida es maravillosa, o eso nos dicen. Pero cuando alguien piensa que está viviendo en una película romántica y no sabe pensar en términos reales, no sé si merece la pena seguir insistiendo. Si lo que quiere es un final feliz y que se escuchen violines de fondo, que se vea las 7 temporadas de Sexo en Nueva York, que al final todo acaba con vistas panorámicas y corazones flotando por los alrededores.

Aunque te encante un hombre, hay que saber lo que se está dispuesto a poner en la relación. Por eso, si habéis encontrado a alguien con el que se pueda convivir y que, además, os deja tener una vida propia, mi más sincera enhorabuena. Amarradle, agarraos a cualquier miembro que se os ofrezca, y no le dejéis escapar. Que el mercado está de capa caída, y a este paso nos tendremos que reproducir por esporas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario